jueves, 27 de noviembre de 2008
lunes, 10 de noviembre de 2008
El pulpo que vino de la Antártida
Identificado un ancestro común a varias especies de pulpo que data de hace 30 millones de años
Imagen del 'Megaleledone setebos', especie de pulpo identificada como la más cercana al antecesor común de buena parte de los pulpos modernos. El ejemplar de la imagen es joven, ya que los adultos alcanzan el metro de diámetro- REUTERS.
Se trata de un Megaleledone setebens, una especie de pulpo del Océano Antártico al que los científicos del proyecto Census of Marine Life, el primer censo de la vida marina, han identificado genéticamente como la especie más próxima al ancestro de buena parte de las especies de pulpo conocidas. Algo así como el Octopus antecessor. Este es uno de los hallazgos que científicos de más de 80 países, entre ellos España, que llevan desde 2000 surcando el fondo de los siete mares y otros más han desvelado recientemente. Esperan concluir la tarea en 2010.
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Los nuevos descubrimientos del proyecto apuntan a que los pulpos se extendieron por el resto del planeta después de que la Antártida quedara cubierta por una capa de hielo hace 30 millones de años. Esto permitió que, bajo el hielo, se generasen corrientes ricas en oxígeno que llevaron a los pulpos a buscar otras aguas.
Los flujos de agua arrastraron a los cefalópodos a otras partes del mundo donde tuvieron que adaptarse a las nuevas condiciones de vida. "De su aislamiento en nuevos hábitat, varias especies de pulpo evolucionaron; algunas, por ejemplo, perdieron su característico saco de tinta defensivo, inútil en aguas de oscuridad perpetua", han señalado desde el proyecto.
Ha sido el hallazgo de varias especies de pulpo distintas por parte de diferentes equipos coordinados por el proyecto, lo que llevó al doctor Jan Strugnell, de la universidad británica de Cambridge, a iniciar las pruebas genéticas que han llevado a trazar una línea evolutiva entre los pulpos, según ha informado la radiotelevisión pública británica, la BBC.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Una cañita al día previene el cáncer
El consumo moderado de cerveza, "alrededor de 10 gramos o una caña al día en mujeres y 20 gramos o dos cañas en hombres", tiene un efecto protector adicional frente a enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
Así lo asegura el médico del servicio de medicina interna del Hospital Clinic de Barcelona, el doctor Ramón Estruch, en referencia a diferentes estudios presentados dentro del III Simposio Internacional de la Cerveza.
Recuerda, no obstante, que su consumo debe incluirse siempre como un producto beneficioso más dentro de la dieta mediterránea, en parte "porque si se consume con alimentos el pico del alcohol es menos elevado y se reducen los efectos perjudiciales", y porque diversos estudios han demostrado el beneficio en su conjunto.
Enfermedades del corazón
En cuanto a los beneficios en la prevención de enfermedades cardiovasculares, además de que existen varias investigaciones que demuestran que las bebidas fermentadas, como la cerveza y el vino, ricas en polifenoles, tienen un mayor efecto protector que otras bebidas pobres en este compuesto, el doctor Estruch presentó los resultados preliminares del estudio Predimed, donde se ha estudiado los posibles efectos del consumo moderado de cerveza en una población de 1.249 sujetos con alto riesgo vascular.
El estudio, que pretende demostrar que la dieta mediterránea previene las enfermedades cardiovasculares, tiene en cuenta diversos alimentos, entre ellos bebidas alcohólicas de baja graduación como el vino y la cerveza.
Por tanto, "los beneficios que se puedan atribuir a la cerveza deberán de atribuirse también a los hábitos que son más sanos", advirtió el doctor Estruch.