Cruceros de lujo siguen atracando en las playas privadas cercanas a las zonas devastadas en Haití por el terremoto del martes.
A menos de 100 kilómetros de la zona devastada por el terremoto en Haití, los cruceros de lujos siguen atracando en las playas privadas donde los pasajeros pueden disfrutar del esquí acuático, el parapente y los cócteles de ron, según publica este lunes el diario británico The Guardian.
El Independence of the Seas, con más de 4.300 camarotes y propiedad de la compañía Royal Caribbean International, desembarcó en la costa de Labadee, al norte del país, el pasado viernes y se espera que pronto atraque el Navigator of the Seas, con más de 3.000 pasajeros a bordo.
Los barcos cargan con medicamentos y comida y la compañía de cruceros ha prometido quedonará toda la recaudación a los afectados por el desastre. Sin embargo, muchos viajeros no están muy de acuerdo con la decisión de seguir adelante con sus visitas programadas.
Algunos ni siquiera se bajarán de los barcos. "No me puedo imaginar tomando el sol en la playa, jugando con el agua, disfrutando de la barbacoa y de un cóctel mientras hay miles de puertos apilados en las calles, con los supervivientes buscando comida y agua", declaró uno de ellos.
El vicepresidente de la compañía, John Weis, asegura haber mantenido un debate interno sobre si seguir incluyendo Haití en sus itinerarios, que concluyó con la consideración de que no podían abandonar el país ahora "que nos necesitan más que nunca". Weis también mantuvo conversaciones con el enviado especial del gobierno de Haití para la ONU, Leslie Voltaire, quien le aseguró que Haití se beneficiaría de los ingresos generados.
La compañía Royal Caribbean ha prometido una donación de un millón de dólares para la ayuda al país devastado. El diario británico también informa de que la línea de cruceros de lujo emplea a cerca de 230 haitianos y se estima que unos 300 más se benefician del mercado que generan los cruceros de lujo.