Milia, un pequeño pueblo de 400 habitantes en el norte de Grecia, guardaba un secreto de tres millones de años que le ha valido un récord Guinness: un par de colmillos de mastodonte de 400 kilos y cinco metros, los más largos del mundo.
Se trata de "un tesoro paleontológico que puede contarnos mucho del pasado del planeta y ayudarnos a aceptar que un día todas las especies, incluyendo los humanos, se extinguirán", dijo el paleontólogo holandés Dick Mol, en la ceremonia del Libro Guinness de los Récords Mundiales.
"Es un día de reconocimiento internacional para Grecia e histórico para la paleontología", agregó Evangelia Tsoukala, geóloga de la Universidad de Salónica y jefa de las excavaciones que se han realizado en los últimos 20 años en el área.
Los colmillos de 5,02 metros de largo y 400 kilos pertenecieron a una hembra de la especie Mammut borsoni, de seis toneladas de peso, 3,5 metros de alto y unos 30 años de edad, que vivió en un clima casi tropical, en una sabana a las orillas de un gran río que ya no existe, dijo Tsoukala.
A pesar del parecido del nombre, el Mammut borsoni no pertenece a la familia de los mamuts -los elefántidos-, sino a la de los mamútidos, por completo extintos y conocidos como habitualmente como mastodontes.
"Los restos del mastodonte se pudrieron en la ribera del río y los fósiles quedaron esparcidos por varios cientos de metros", dijo Mol. Y añadió: "Estos mastodontes están completamente extintos, no sabemos la razón, pero tenemos que aceptarlo. Tal vez, un día los elefantes de África también desaparezcan porque el planeta está cambiando".
En Milia, en el pequeño edificio que sirve como precario museo, hay una exhibición de fósiles de un mínimo de diez ejemplares prehistóricos hallados en la zona.
Entre ellos destaca el esqueleto de un elefante de la especie Elephas antiquus, de 200.000 años de antigüedad, así como rinocerontes, caballos, felinos, ciervos y otras especies prehistóricas.
Desde que se exhiben los colmillos "estrella", el museo ya ha sido visitado por 11.000 personas y el sueño de Tsoukalas de construir un centro de Paleontología en Milia parece que se hará realidad dentro de un par de años.
"El negocio ha aumentado en la vecindad desde que los extranjeros y la señora Evangelia y su equipo se ocupan de esos fósiles", comentó con alegría a Efe Alexandra, dueña de un pequeño café-restaurante frente a la plaza del pueblo, a la espera de que se construya pronto el prometido centro paleontológico.
"Todo paleontólogo que estudia los mastodontes y que se respete a sí mismo debe de pasar por aquí y estudiar los mastodontes de Milia", afirmó Tsoukala. "He estado excavando durante más de 40 años, en Siberia, en África, en Australia, en América, y al principio no me creía que se tratase de un descubrimiento tan serio", agregó Mol.
Descubiertos por casualidad
Los fósiles del mastodonte fueron descubiertos por casualidad por trabajadores que excavaban en una loma para sacar arena para obras de construcción en el invierno de 2006.
"Era un día de lluvia. Me acerqué al sitio, saqué un cepillo y comencé a buscar un pedazo y.... ¡Fueron saliendo más y más, y no sabía donde terminaba!", relató emocionada a Efe la joven geóloga Rula Pappas, integrante del equipo de Tsoukala.
Los habitantes de Milia y los alrededores han encontrado fósiles desde los años 80, lo que atrajo la atención de los expertos y llevó a descubrir en 1996 colmillos de mamut de 4,35 metros de largo.
"Lo que encontré eran osamentas que no eran ni de humanos ni de animales...y mi mujer me regañaba y me decía: ¿qué afán tienes, por qué me traes todos esos huesos a casa? Sería mejor que los tiraras. Pero yo insistía", dijo un pastor, uno de los primeros en encontrar vestigios fósiles.
Esta especie de mastodonte, los mayores del mundo, se extinguieron en Europa y Asia hace de 2,5 a 3 millones de años, en cambio, los mastodontes norteamericanos, desaparecieron hace sólo 10.000 años.