Un estudio localiza las áreas de desove y reclama que se creen zonas sin pesca durante la reproducción
En las próximas semanas y hasta finales de julio, el atún rojo (Thunnus thynnus) volverá a su zona de nacimiento para reproducirse. Unos ejemplares irán hacia el mar Mediterráneo, que es una de sus zonas preferidas, y otros hacia el Golfo de México, tras alimentarse en el Atlántico. Para determinar las zonas de desove y crecimiento de las larvas de túnidos y pedir su posterior protección, un equipo de las organizaciones Oceana y Marviva tomó el año pasado muestras larvarias en 53 estaciones de tres zonas: suroeste de Malta, zona meridional del mar Tirreno y mar Egeo.Los resultados de la campaña desarrollada entre el 15 de julio y el 11 de agosto del año pasado, presentados ayer, muestran presencia de cuatro especies de atún: el atún rojo atlántico (Thunnus thynnus), el atún blanco (Thunnus alalunga), la melva (Auxis rochei) y el listado (Katsuwonus pelamis). Además, se encontraron larvas de pez espada, anchoa, alacha, jurel atlántico, salmonete de roca, castañuela, cardenal, papagayo y reyezuelo. Los muestreos indican que estas zonas son puntos clave para el desove de grandes pelágicos con elevado valor económico y cuyos bancos se encuentran sobreexplotados, por lo que ambas organizaciones pedirán la creación de áreas marinas protegidas. Durante la campaña, también constataron que la reproducción del atún rojo en la zona oriental del Mediterráneo se realiza un mes antes, entre mayo y junio, que en la occidental .
Además de estas zonas, las islas Baleares son una de las principales áreas de puesta del atún rojo, así como uno de los lugares principales de pesca. El director ejecutivo de Oceana en Europa, Xavier Pastor, apuntó ayer en rueda de prensa que "en el caso de Baleares, se dispone ya de la información necesaria para la declaración de una reserva para el atún rojo, que además beneficiaría a otras especies como el pez espada".
Hasta 45 millones de huevos por hembra adulta
A los cuatro años, los atunes alcanzan su madurez sexual y regresan a sus lugares de nacimiento para el desove. En los primeros años, las hembras ponen una media de un millón de huevos. Sin embargo, con la edad, aumentan su producción hasta los 45 millones de huevos por hembra entre los 15 y 20 años de edad.
Tras sólo dos días de incubación, nacen las larvas, de apenas tres milímetros de longitud. Crecen un milímetro al día hasta alcanzar los tres metros que pueden medir los adultos. Las crías se alimentan de zooplancton, pero, llegadas a la madurez comen arenque, anchoa, lanzón, sardina, espadín, anjova y caballa.