miércoles, 7 de octubre de 2009

La leche materna debe darse en una hora similar a la que fue extraída


SU COMPOSICIÓN CAMBIA.

  • Este alimento natural no tiene los mismos efectos por la mañana que por la noche
  • Los especialistas apuestan por la leche natural, refrigerada o no.
  • MADRID.- Las mujeres que guardan la leche materna para dársela después a su bebé deben tener en cuenta en qué momento del día la han extraído. Según un grupo de investigadores españoles, la composición de este alimento natural varía a lo largo de las 24 horas del día y también lo hace el efecto que puede tener en el niño: despertarlo o relajarlo.

    "Al igual que no darías a nadie un café por la noche, con la leche pasa lo mismo. Tiene componentes que son propios del día y promueven la actividad del lactante y otros propios de la noche que facilitan su reposo", señala Cristina Sánchez, una de las autoras del estudio publicado en 'Nutritional Neuroscience'.

  • Para llegar a esta conclusión, un equipo de la Universidad de Extremadura, con la financiación de Laboratorios Ordesa (dedicados a la leche infantil), ha analizado la presencia en la leche materna de tres nucleótidos (adenosina, guanosina y uridina) que "excitan o relajan el sistema nervioso central, promoviendo el reposo o el sueño". Durante un periodo de 24 horas, los expertos recogieron entre seis y ocho muestras diarias de leche materna de 30 mujeres residentes en Extremadura.

    "Observamos que a lo largo del día los niveles de su composición cambiaban en la población estudiada", afirman los autores en su estudio. La máxima concentración de nucleótidos se daba por la noche y la mínima por la mañana. De ahí que 'dar el pecho' al comienzo del día pueda tener un efecto más estimulante y darlo al final de la jornada puede relajar al recién nacido.

    "En base a esto diseñamos productos lácteos para bebés para el día y la noche, aunque aún son necesarias más investigaciones para acercarnos a las características tan perfectas del producto natural", apostilla la autora principal, Carmen Barriga, catedrática de Fisiología de la Universidad de Extremadura.

  • Aunque muchas madres, por cuestiones de trabajo, extraen el alimento del bebé a una hora del día, lo almacenan y después se lo dan, los expertos, apoyándose en sus resultados, aprovechan para insistir en que es recomendable administrar la leche a la misma hora en la que se extrae.

    No hay evidencias suficientes

    Para confirmar esta recomendación serían necesarios más estudios. En primer lugar, porque, "tal y como explican investigaciones previas, los nucleótidos son sólo uno de tantos mediadores que intervienen en el ciclo de sueño-vigilia. Ninguno de estos mediadores son indispensables por sí mismos para que los estados de sueño-vigilia se lleven a cabo", expone Beatriz Flores Antón, neonatóloga y consultora certificada en lactancia del Hospital Universitario de Fuenlabrada.

    No hay que olvidar que, según la Organización Mundial de la Salud, la leche materna cubre todas las necesidades fisiológicas del pequeño durante los primeros meses de vida. No sólo le protege a él de numerosas enfermedades como la diarrea y la neumonía, las dos causas principales de mortalidad infantil en el mundo, también reduce el riesgo de cáncer de mama y de ovario en fases posteriores.

    "Es importante que el bebé pueda servirse de los beneficios que le aporta la leche materna, que es única e insustituible. Su composición varía para adaptarse a las necesidades específicas del bebé que la toma. De hecho, muchos científicos siguen investigando para descubrir las claves con las que crear un sucedáneo lo más parecido posible", añade la especialista. "Incluso refrigerada, este alimento natural conserva la mayoría de sus propiedades".

    En la misma línea opina Enriqueta Román, jefe de servicio de Pediatría del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid). "Si la madre no puede dar todas las tomas a su bebé, antes que sustituirlas por otra fórmula, siempre será mejor y tendrá más beneficios dejarle preparada la leche materna".

martes, 6 de octubre de 2009

Hallan siete nuevas especies de setas que brillan en la oscuridad


Investigadores de la Universidad del Estado de San Francisco (EE.UU.) han descubierto siete nuevas especies de setas que brillan en la oscuridad. Los descubrimientos incluyen dos nuevas especies a las que se ha bautizado con el nombre de dos movimientos del «Requiem» de Mozart. El estudio, que se publica en la revista Mycologia, tambié arrojan luz sobre la evolución de la luminiscencia.
Los investigadores descubrieron las setas en Belice, Brasil, República Dominicana, Jamaica, Japón, Malasia y Puerto Rico. Los descubrimientos incluyen cuatro especies nuevas y tres informes de luminiscencia en especies conocidas, que aumentan el número de especies de hongos luminiscentes de 64 a 71. Tres cuartas partes de los hongos luminosos, incluyéndose los descritos en el estudio, pertenecen al género «Mycena», un grupo de hongos que se alimentan de materia orgánica en descomposición.

Hallan siete nuevas especies de setas que brillan en la oscuridad
«Mycena silvaelucen», hallada en Borneo / Brian Perry
Según explica Dennis Desjardin, director del estudio, «lo que nos interesa es que dentro de los Mycena, las especies luminiscentes proceden de 16 linajes, lo que sugiere que la luminiscencia evolucionó en un punto y que algunas especies después perdieron su capacidad para brillar». Desjardin cree que algunas setas brillan para atraer a los animales nocturnos que las ayudan a dispersar las esporas que, como semillas, permiten que crezcan nuevos organismos.
«Es poco habitual encontrar todas estas especies luminiscentes, normalmente sólo entre el dos y el tres por ciento de las especies que recogemos brillan. Estoy seguro de que existen más», añade Desjardin. Los recién descubiertos hongos resplandecen de forma constante, emitiendo una luz brillante entre amarilla y verde. Son pequeños y la parte superior en forma de paraguas abierto mide menos de un centímetro.
Stevani
Desjardin ha llamado a dos de las nuevas especies «Mycena Luxaeterna» (luz eterna) y «Mycena luxperpetua» (luz perpetua) inspirándose en el Requiem de Mozart y a su brillo constante a lo largo de las 24 horas del día. Hasta la fecha, el investigador ha descubierto más de 200 nuevas especies de hongos y, junto con estos últimos descubrimientos, cerca de un cuarto de todas las especies de hongos luminosos.