Los japos han confeccionado un manual para realizar operaciones caseras de cambio de sexo. Es decir, te metes en la cocina con un cacho de plástico y un bote de pegamento, te lías al bricolaje quirúrgico, y sales de tu casa como una mujer de tu tiempo, que sabes lo que quieres, segura de ti misma, y que compagina el trabajo, los estudios y el cuidado de las plantas sintiéndote bella y atractiva en cada puto momento de todo el santo día.
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